Comensales: 5 o 6
Tiempo aproximado: 90 minutos
Con más de 200 años de historia y como no, reconociendo su origen, proveniente de la buenísima gastronomía de Italia.
Los canelones son un plato muy conocido y querido aquí también. Se estilan en muchos lugares, por ejemplo y corregirme si me equivoco, leí una vez que por Argentina también son un plato popular.
Y hablando un poco del relleno, solemos hacerlo unas veces de carne, otras de pescado, otras de vegetales...
Pero hay más variedades, incluso está llegando a tal punto las ideas y las técnicas de hoy día en la cocina, ¡que te los encuentras hasta de chocolate!
¡Jejeje! Pero nada que ver, es broma, estos son un postre y normalmente los preparamos con pasta filo.
La verdad que no es nada raro ir al asador del barrio y comprar canelones cuando hemos ido a recoger un pollo asado. Los tenemos por todos sitios, los podemos encontrar en la carta de un restaurante, en el menú del día, precocinados, congelados, etcétera...
Desde bien pequeño los canelones para mí son irresistibles. Hay que reconocer que hay faenilla a la hora de prepararlos.
Tenemos una opción rápida y sería hacer una boloñesa, pero para nosotros sería más adecuado para una lasaña que para unos canelones.
Lo que os muestro en esta receta, yo lo calificaría como cocina de reaprovechamiento.
¿Porqué?
Pues después de haber preparado un buen caldo para esas noches frías, aprovecharemos la carne cocinada. También podemos hacer la carne exclusivamente para los canelones, pero he querido aprovechar la cocinada en el caldo.
Los comensales son aproximados tal y como dejo anotado al principio de esta receta, pero calculo unos 5 o 6 canelones por comensal.
¿Queréis canelones entonces?
Pues habiendo preparado con anterioridad un caldo compuesto por:
2 o 3 muslos de pollo
150 gramos de tocino
1 hueso de jamón
1 hueso de rodilla
1 trozo de espinazo
350 gramos de ternera
100 gramos de costilla de ternera
2 pelotas de carne picada (opcional)
Puerro, apio, zanahoria etcétera...
El canelon:
35 a 40 placas de pasta de canelon
(de vuestra marca de confianza)
El queso para gratinar:
A mi me gusta más el Emmental
Pero en cuestión de gustos, el que más os agrade
La bechamel:
También podemos hacer una bechamel con cebolla a los que nos guste más de esa manera.
Vamos al lío, cogemos toda la carne. Pollo, tocino, ternera, costilla, pelotas de carne picada y lo desmigamos todo, ojo con los huesos que deja el pollo. (Al haber hervido bastante, se parten con facilidad y hay que retirarlos bien todos).
Una vez tengamos toda la carne limpia de huesos y desmigada, la chafaremos bien (por ejemplo con la ayuda de un tenedor) y cortaremos con tijera de cocina los trocitos más gruesos.
Ahora en una sartén a fuego medio y con un poco de aceite de oliva, rustimos la carne un poco, removiendo durante unos 5 minutos aproximadamente.
Añadiremos bechamel para terminar de ligar la masa de carne. Con 2 o 3 cucharadas será suficiente.
Reservamos en la nevera y dejamos enfriar la masa mientras hervimos las placas de pasta de canelon.
Cogemos una olla grande con agua abundante y la ponemos a hervir. Miramos los consejos de cocción del fabricante de la pasta, entre doce o quince minutos está la media. Yo las dejo hervir unos diez minutos, siempre con el fuego alto.
Cuando las tengamos hervidas, ponemos la olla bajo agua del grifo para ir enfriando, volcamos las placas en un escurridor. Volvemos a llenar la olla de agua fría, ponemos el escurridor encima y así evitamos al estar en remojo que se peguen unas con otras.
Miramos ahora si la masa de carne está fría y podemos hacer churros con ella como muestro en la imagen de debajo.
Con un paño de cocina limpio secaremos un poco las placas reposandolas una a una encima.
Las vamos retirando y sobre la encimera bien limpia, iremos montando los canelones.
Para hornear los canelones, podemos utilizar la bandeja de horno, bandejas de cristal o de barro. Cualquier recipiente apropiado y apto para hornear.
Volcamos la bechamel preparada con anterioridad por encima de los canelones montados en las bandejas o recipientes.
Si ha espesado mucho la bechamel, podemos pasarla por la batidora de brazo y licuarla más para facilitar el llenado de la o las bandejas.
Espolvoreamos el queso rallado por encima y pondremos a gratinar en el horno, el tiempo de graten al gusto. A mi por ejemplo me gustan torraditos.
¡Buen provecho!
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