Receta de solomillo de cerdo con salsa rápida


Comensales:
Tiempo aproximado: 50 minutos 



El solomillo de cerdo, buenísima carne que la podemos preparar y comer como nos apetezca. Una carne tierna, jugosa, siempre que le demos el tiempo de cocción exacto y posterior reposo.
Procede concretamente de la parte lumbar del cerdo, alojado entre las costillas inferiores y la columna vertebral.

Es una pieza que me gusta cocinar bastante. Cada dos semanas, aproximadamente, cae una receta de solomillo en casa.
¿Cuál? No lo sé, voy variando, pero esta es rápida.
Y en esta ocasión lo acompaño con una salsa muy sencilla, rápida de hacer y que le dará un toque muy rico. En una hora como muy tarde la tendrás lista y sin complicaciones.
Solo necesitamos los siguientes ingredientes para elaborar la receta:


2 piezas de solomillo de cerdo 
(Aproximadamente de 500 gr c/u) 
1 o 2 tomates maduros
1 cebolla 
2 dientes de ajos 
1 zanahoria 
Aceite de oliva 
Agua
Sal



¡Empezamos! 
¡Rápido, rápido, rápido!

Si si, es rápida esta receta. Pelamos las verduras, las limpiamos y las cortamos (el tipo de corte es indiferente, después hay que triturarlas.)

En una olla o cacerola no muy grande, echamos cuatro cucharadas soperas de aceite de oliva y la ponemos a fuego medio.

Añadimos la cebolla cortada, la zanahoria y cocinamos hasta pocharlo todo. 


Una vez veamos que llega a ese punto la cebolla y la zanahoria, añadimos los dientes de ajo previamente picados. Removemos un par de minutos todo y añadimos el tomate troceado. 


En el siguiente paso, cubrimos de agua.
Alrededor de dos o tres vasos de agua, queremos conseguir una salsa rápida, tiene que evaporar algo del agua añadida y reducir en volumen. 


Así que subimos fuego y dejamos hervir solo quince minutos, aproximadamente. Después con la batidora, hemos de triturar bien todo hasta dejar una salsa fina. Añadimos sal al gusto. 


Ahora cogemos los solomillos y quitamos las pocas vetas blancas que tienen por la superficie. Que quede bien limpio. 


Los cortamos a medallones aproximadamente de un dedo de grosor. Cogemos una sartén o plancha, donde os sea más fácil de manejar y la ponemos a fuego alto. 

Cuando esté bien caliente y casi echando humo, empezamos a cocinar los medallones durante un par o tres minutos como máximo, por cada lado. Echamos una pizca de aceite de oliva por encima. Primero por una cara y después por la otra, ojo de no hacerlos demasiado. 
Si nos pasamos al hacerlos, quedarán bastante duros y no disfrutaremos igual de este manjar.

La idea es hacerlos por igual en ambos lados, que el calor suba hasta el centro de cada medallon. Y se aprecie una muy delgada línea rosada por el centro. 
Retiramos y emplatamos. 


Con un cucharón añadimos la salsa por encima de los medallones y... 
¡A disfrutar! ¡Buen provecho! 



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