Comensales: 4
Tiempo aproximado: 40 minutos
Pues en esta receta, os enseño una manera de dejar las patatas riquísimas para luego añadirle la salsa brava que queramos o alioli. Tenemos que hacer dos tipos de cocción distintas con ellas y ahora mismo os las explico. Necesitamos estos poquitos ingredientes:
6 patatas
Pimienta negra molida
Aceite para freír
Sal
Empezamos por lavar y limpiar bien las patatas, ya que no vamos a quitarles la piel.
Las vamos a cortar a gajos, no muy grandes.
En una olla con abundante agua, la vamos a poner a fuego y esperamos a que empiece a hervir. Una vez tengamos el agua a punto, añadimos una cucharita de sal y volcamos con cuidado todas las patatas.
Las patatas han de hervir entre ocho y diez minutos, no más.
Pasado ese tiempo vamos a colar el agua de las patatas y las dejamos enfriar. Sobretodo asegurarnos de que no contengan agua una vez estén frías, para asegurarnos podemos secarlas un poco con papel de cocina absorbente y vigilando que no se pegue. Espolvoreamos un poquito de sal y pimienta negra molida.
El siguiente paso, en una sartén a fuego fuerte y con aceite para freír. Vamos poniendo las patatas, que queden prácticamente cubiertas por el aceite.
Las freímos hasta que veamos que la parte de la piel de la patata se va tostando y la patata va cogiendo un poco de color.
Ahora ya si, podemos acompañar nuestras patatas con una buena salsa brava, con un alioli, podemos espolvorear un poco de pimenton picante por encima, como queramos. Os explicaré como hacer salsa brava en mi página de salsas y aderezos. El truco es ese, hervirlas y freírlas después, dejando la piel quedarán crujientes. Riquísimas.
¡Buen provecho!
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